¿Tomar la cámara y empezar a disparar? No es tan simple cuando estás dando tus primeros pasos en el mundo de la fotografía. Especialmente para quienes se inician, la fotografía puede parecer llena de secretos y tecnicismos. Solo entender la relación entre el tiempo de exposición, la apertura del diafragma y la sensibilidad ISO puede parecer un gran misterio. ¡Pero no te preocupes! Aquí te explicamos todo de manera sencilla y con consejos prácticos para que logres fotos con aspecto profesional.
Fotografía: así dominas la apertura del diafragma
La llamada apertura (o aperture en inglés) es una abertura en el objetivo o justo detrás de él. Regula cuánta luz incide en el sensor de la cámara, y por tanto, desempeña un papel clave en la estética de la imagen en la fotografía. Está formada por varias láminas que se abren o cierran según la configuración seleccionada.
La apertura se indica mediante un número f, como por ejemplo f/5.6, f/8, f/11. Aunque suene técnico, es fácil de entender: cuanto menor es el número f, mayor es la apertura —y viceversa:
- Una apertura grande (por ejemplo, f/4) deja entrar mucha luz y permite obtener un fondo desenfocado. Ideal para retratos o situaciones con poca luz.
- Una apertura pequeña (por ejemplo, f/16) deja pasar menos luz, pero ofrece mayor profundidad de campo. Perfecta para fotos de paisajes donde todo debe estar enfocado.
Con la apertura controlas no solo la cantidad de luz, sino también el estilo y efecto visual de la imagen. ¿Quieres un retrato con fondo suave y desenfocado? Usa una gran apertura. ¿Prefieres que todo esté nítido en la foto? Entonces opta por una apertura más cerrada.
Consejo: Evita cerrarla demasiado (por ejemplo f/32), ya que puede provocar difracción y pérdida de nitidez.
Recuerda:
- Apertura grande, p. ej. f/1.4 → poca profundidad de campo → fondo muy desenfocado
- Apertura pequeña, p. ej. f/32 → gran profundidad de campo → todo enfocado
Fotografía básica: el secreto del tiempo de exposición
El término inglés shutter speed se refiere al tiempo de exposición, que define cuánto tiempo permanece abierto el obturador y, por lo tanto, cuánta luz entra en la cámara. En la fotografía, esto es fundamental para lograr imágenes bien expuestas.
- Con una exposición corta, el obturador se abre y se cierra muy rápidamente, dejando pasar poca luz. Esto es ideal para capturar movimientos rápidos con nitidez: deportes, animales en movimiento, acción.
- Una exposición prolongada deja entrar más luz y es perfecta para escenas oscuras o tomas nocturnas. Con un trípode y paciencia, puedes capturar estrellas, la vía láctea o estelas de luz.
La velocidad de obturación también afecta cómo se ven los objetos en movimiento:
- Si es demasiado larga sin trípode, las fotos pueden salir movidas o borrosas.
- Si es muy corta, congelas el movimiento con claridad.
Disparar con un tiempo de exposición corto
Disparar con un tiempo de exposición largo
Por lo general, el tiempo de exposición se mide en fracciones de segundo, como 1/600 s o 1/1000 s. En exposiciones largas, puedes usar varios segundos (por ejemplo 5 s o más) para lograr efectos creativos.
Recuerda:
- Tiempos cortos = imágenes nítidas incluso con movimientos
- Tiempos largos sin trípode = fotos borrosas o movidas
Sensibilidad ISO: ¿qué significa realmente?
La sensibilidad ISO indica cuán sensible es el sensor de tu cámara a la luz. En otras palabras: cuánto necesita tu cámara para captar una imagen bien expuesta. En la fotografía, la configuración ISO puede hacer la diferencia entre una imagen nítida y una ruidosa.
- Con una ISO alta (por ejemplo ISO 400 o más), el sensor es muy sensible a la luz. Esto es ideal para condiciones de baja iluminación, ya que puedes usar tiempos de exposición más cortos.
- Con una ISO baja (por ejemplo ISO 100 o 200), el sensor necesita más luz, pero obtendrás imágenes nítidas y sin ruido digital —perfectas para fotos bien iluminadas.
Disparo con ISO 100: sin ruido
Disparo a 12.800: mucho ruido
El problema de una ISO muy alta: aparece ruido digital, es decir, pequeños puntos y distorsiones que afectan a la calidad de la imagen. Por eso vale la pena seguir la regla: tan bajo como sea posible, tan alto como sea necesario.
Recuerda:
- ISO baja (50–200) → imágenes limpias, sin ruido
- ISO alta (1600–25 600) → más ruido, menos detalle
La mejor combinación: apertura, tiempo e ISO
Ahora que ya sabes cómo influye cada uno de estos tres parámetros, es momento de aprender a combinarlos. Porque lo realmente importante en fotografía es el equilibrio entre apertura, velocidad de obturación e ISO. Solo así lograrás fotos correctamente expuestas y con el estilo que deseas.
Ejemplo práctico:
Estás tomando fotos al aire libre con buena luz:
- Tiempo de exposición: 1/500 s
- ISO: 100
- Apertura: f/8
Resultado: foto perfectamente expuesta.
Pero si ahora entras a un espacio interior más oscuro y cambias el tiempo de exposición a 1/1000 s, necesitas compensar esa pérdida de luz:
- Abriendo la apertura a f/5.6
- o subiendo el ISO a 200
Tip profesional:
Usa el modo AV (prioridad a la apertura). Tú eliges la apertura e ISO, y la cámara ajusta automáticamente el tiempo de exposición. Así puedes concentrarte en la creatividad.
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